25 de febrero de 2013

Cinco años de agonía y aguantando todavía, los políticos entretanto nos torturan con quebranto, España adolece en llanto


Ya llegamos a febrero,
febrero del dos mil trece,
y por ahí vi a la Enfero,
milagrito me parece.
Diría al papa que rece
para que vuelva, ay, pero,
el papa ya pidió el cese;
así que Enfero, yo espero,
que retorne, y si aparece,
le daré un beso primero
y luego, si permanece,
un halago zalamero.
Mucho más no se merece,
que nos dejó sin salero
y es que ella desaparece
y “si te vi no me acuerdo”
Me recuerda a Zapatero…
que dijo, “me voy, me pierdo”
y dejó el atolladero,
nada sabemos de él hoy,
se largó con viento fresco
pero nos cedió a  Rajoy
que tiene algún parentesco,
yo que en crisis estoy
y que a muchos me parezco,
diría, también me voy
a algún lugar pintoresco,
pero el banco no me deja,
tampoco me deja hacienda,
y toda España se queja
y no hay quién la defienda,
ni el futuro se despeja,
ni el presente se remienda,
ni hay tirones de oreja
a la corrupción tremenda,
estoy triste, estoy perpleja,
esto no hay quién lo entienda,
embrollaron la madeja,
han dejado a España horrenda
de la vergüenza, bermeja,
sin dinero, sin prebenda,
triste, asaltada, muy vieja,
y la justicia sin rienda.

Según escribo, me ciego,
me voy poniendo iracunda,
por eso aquí, Segismunda,
deja  ya el ripio. Hasta luego.